jueves, 24 de septiembre de 2015

En qué estamos


                                            Que no se corte...            

                                                                                       Mirta Ventura
                                                                                     Septiembre 2015


Incertidumbre

Se acerca el fin del gobierno de Cristina Kirchner. La incertidumbre acerca de lo que vendrá no es menor en varios sentidos. Están quienes quieren que esto finalice porque apuestan a que el próximo gobierno vuelva a fomentar que la fuerza del mercado conduzca la economía y que se termine con la epopeya igualitaria, y están los otros que, por el contrario, quieren que el camino que se emprenda sea la continuación del proyecto desarrollado los últimos doce años, profundizando y radicalizando la democracia.

La militancia nacional y popular

Si el vencedor en las elecciones es Mauricio Macri, la primera opción está prácticamente conseguida. En lo ideológico 100% seguro, en lo concreto hay ciertas dudas por la ineficiencia ya mostrada en la gestión de la Ciudad de Buenos Aires.

Si el ganador es Daniel Scioli, no tenemos a priori esa seguridad que quisiéramos, pero el panorama puede ser alentador. Si las políticas efectivas se ajustan a las demandas populares, siempre acompañadas por la militancia, se podrá seguir transformando y construyendo, tal el motivo porque se lo vota. Si sede a las presiones que van a actuar para que realice el ajuste que tanto pregonan como necesario los poderes que miran siempre para el norte, será nuevamente la militancia construida estos años la que va a tener que poner todo de sí, para recuperar el camino transformador que el gobierno actual fue transitando y que es el que votamos al elegir, con o sin contradicciones, la fórmula Scioli-Zannini.  

La tarea de la militancia va a ser fundamental. No dejar que se destruya lo que se fundó, es la tarea necesaria pero no suficiente. Radicalizar la democracia es la tarea básica ineludible.

Los Poderes a disgusto

Resulta claro que el kirchnerismo ha puesto limitaciones al comportamiento de los poderes económicos. Esto hace que éstos actúen en contra sin reparos. Si se necesita mentir para denostar, no es un obstáculo.

Los grupos que han sido dominantes desde siempre, no aceptan no ser considerados prioritarios como están acostumbrados a serlo. No acuerdan con la gran lucha que se está dando en favor de los derechos humanos y la consecuente investigación y condena a los ejecutores del terrorismo de estado. No les satisface que nuestro país esté alineado con los países latinoamericanos que han elegido retomar la idea central de la Gran Patria Latinoamericana formada por países soberanos. Prefieren las relaciones dependientes con el Primer Mundo sometedor.

Nuestros empresarios no son afectos a reinvertir en el país, no tienen sentido nacional. El Norte siempre los atrae más. No cultivan la sensibilidad para querer construir un país que albergue a todos, en el cual todos los ciudadanos estén alcanzados y ejerzan todos sus derechos.

Los ciudadanos

Los motivos que mueven a los ciudadanos para elegir un candidato u otro son muy variados. En general uno tiende a pensar que la elección se hace basada en el concepto que cada uno tiene, equivocado o no, por lo hecho por el partido o coalición que ese candidato representa, o por lo argüido por él mismo, y el juicio que estos argumentos merecen del votante, ya sea basado en el interés general o en sus intereses particulares.

Resulta muy extraño en consecuencia que el PRO a través de sus representantes tenga muchos votantes. En el único lugar en donde gestionan es en la Ciudad de Buenos Aires y lo hecho fracasa en los puntos fundamentales. La educación y salud con rebaja de presupuesto y con los establecimientos escolares y hospitales en destrucción, cuando fueron orgullo de esta ciudad en otros tiempos. Muchos de los centros culturales han sido cerrados, no se hicieron los metros de subte prometidos, la policía metropolitana tiene en su haber varias acciones punitivas. Podríamos deducir que son aprobados, no por las acciones, sino por sus aducciones, pero esto tampoco es posible porque ningún miembro del PRO, esgrime fundamentaciones. Nunca pueden dar razones ni definiciones. Un día dicen estar a favor de algo, porque en ese momento pareciera que es lo que la ciudadanía pide y al otro, sin rodeos, defienden lo contrario, si las circunstancias así les muestran que les conviene. No se inmutan por mentir cada vez que creen que les es favorable. Los votantes de esta variante, deberían explicitar que lo que realmente aprueban es que lograron una ciudad para pocos (ellos), y desearían un país también para elegidos (ellos).

El Frente para la Victoria tiene, en ese sentido, una condición favorable. Tiene expresado y demostrado un gran bagaje realizado. No quiere destruir nada, por el contrario, quiere seguir acumulando, construyendo, edificando, profundizando desde allí y así lo argumenta con precisión. Tiene muy claro a dónde quiere ir y sabe fundamentarlo. El que aprueba lo hecho y el que no, lo conoce. Para lo que viene, esto es fundamental 

En qué estamos

            Deuda externa

Haciendo un somero análisis de lo que nuestro país vive en comparación con países que, de algún modo, se ven cruzando vicisitudes semejantes, se puede destacar que Argentina ha sido el país que más contundentemente ha actuado en el enfrentamiento contra los poderes instalados.

Situaciones comparables en cuanto a la cesación de pagos internacionales las han tenido además de Argentina, Brasil y Grecia. La actualidad política de estos tres países ha demostrado que la política de dar concesiones a estos poderes con el propósito de evitar duras respuestas, no es el camino. Tras la cesación de pagos, Argentina salió adelante sin claudicaciones funestas para el país, encarando el desendeudamiento con quita en la deuda y estímulo al mercado interno. Por el contrario la actitud de Dilma y Tsipras al negociar con el establishment, reforzaron la crisis y, lo peor, socavaron en parte las bases democráticas populares que los sostienen. Estas democracias necesitan reforzar continuamente su apoyo masivo, un paso atrás para evitar algunas consecuencias que impone el poder financiero internacional, resulta contraproducente. Hay que atender en todo momento la demanda popular que es la base de los gobiernos democráticos.

La propuesta de toda la oposición para el próximo período gubernamental es la que proponen los banqueros, ajuste o caos. No consideran que la propuesta transformadora ha sido muy respaldada en gran cantidad de países de Latinoamérica y esto debiera ser concientizado especialmente por el presidente que resulte elegido en octubre.

Fondos Buitre

La reciente votación en la ONU, en que se fijaron nueve principios para sostener los canjes de deuda soberana, es un hito importantísimo que marca que la actuación argentina en este tema es extraordinaria. Por primera vez quedan escritos los principios que deben fijar una reestructuración de deuda, en donde queda destacado que se prioriza la recuperación del país en default porque de otro modo sería muy difícil que éste pague. Los partidos opositores en campaña, le bajan importancia pero todos los argentinos debemos festejarlo dado que Argentina fue uno de los países con mayor deuda y default pero que ha obtenido la mejor reestructuración de deuda en el mundo. En esto, Argentina hace historia y es apoyada por la mayoría de los países del mundo. Tal lo demuestra la votación de la ONU a la que hacemos referencia. Los países que se opusieron son los que hay que enfrentar cada vez que hablamos de soberanía política y económica: Estados Unidos, Alemania, el Reino Unido, Japón, Canadá e Israel. Deja en claro a qué intereses responden los grupos de nuestro país que no han apoyado el accionar del gobierno en este tema.

Elecciones

Hemos vivido el ataque a nuestra democracia perpetrado por opositores en las elecciones para gobernador en la provincia de Tucumán. Sin tapujos, los perdedores esgrimieron el término “fraude”, que es una herida punzante para cualquier proceso electoral en democracia. La diferencia de votos obtenidos en las PASO, mostraron que el triunfo del oficialismo era la posibilidad más cierta. No obstante, comenzaron a instalar la idea de fraude. Intentaron enturbiar el acto electoral, quemando urnas y, aún habiéndose realizado el cómputo definitivo con todas las garantías, se resistieron a reconocer al ganador. La maniobra es tan burda, que en los lugares en donde ganan no apelan al desconocimiento del resultado por fraude. La mentira la instalan sin pruritos para ensuciar el ambiente democrático que se vive.

La maniobra desestabilizadora en Tucumán fue más allá de lo previsible. La Sala I de la Cámara en lo Contencioso Administrativo tucumana anuló los comicios del 23 de agosto, en esa provincia, haciendo lugar a la presentación del Acuerdo para el Bicentenario. Consecuentemente habría que establecer una nueva elección. La medida fue apelada por el gobierno provincial. El 21 de septiembre, la Corte Suprema de Tucumán validó las elecciones y reconoció como ganador a Manzur. Es la respuesta única admisible por lo que fueron los hechos. El gobernador proclamado ganó debido a que recibió más votos que sus adversarios.

Lo acontecido en Tucumán es un adelanto de lo que se pretende hacer en las elecciones nacionales del 25 de octubre. No sacan los tanques para imponer el rechazo a lo elegido mayoritariamente, ahora quieren valerse de argucias mentirosas con formalismos judiciales para imponerse. El capital concentrado que usa a opositores serviles, no es ajeno a esta maniobra. Tampoco falta influencia foránea de derecha que está orquestando desestabilizar a distintos gobiernos progresistas.

Estos ataques electorales vienen después de haber probado con otras mentiras que tienen como propósito desestabilizar al gobierno actual. No se resignan a que Cristina termine su mandato gobernando cada día y siguiendo su avance. Mucho menos soportan la idea de que gane el candidato del Frente para la Victoria. Estos son claramente ataques de la derecha política. Cuando este sector se manifiesta supuestamente clamando por la democracia, suele incluir en sus filas grupos que intencionalmente provocan la represión policial. Si la policía responde a esta provocación, entonces más elementos de crítica hacia el oficialismo tienen ya que además de fraude hay represión.

Lamentablemente la confusión que provocan es tal que, si alguien se opone, con buen criterio, a la represión policial, pareciera que está avalando la denuncia de fraude inventada por los mismos que provocaron la mala acción policial. Algunos grupos de izquierda, aunque no sean gestores de las mentiras, muchas veces caen en estas trampas y quedan mezclados con la derecha más inescrupulosa. Compañeros del FIT (Frente de Izquierda y de los Trabajadores) fueron detenidos cuando quisieron tomar la casa de gobierno de Tucumán y donde la policía actuó con desmesura. Al ser liberados no aclamaban por la represión injustificada recibida, sino que gritaban “fraude”, igual que la mentirosa oposición de derecha. Es lamentable. Debieran aclarase estas situaciones, dado que quedan días difíciles hasta el 25 de octubre, en los que no se van a abstener de seguir enlodando. No se puede contribuir a la desestabilización descarada que la derecha impone. Cómo es el candidato que ganó, o quién es el gobernador de la Provincia en cuestión, no tiene ninguna significancia jurídica en esta circunstancia. No hubo fraude, como quisieron instalar. Es una más de las mentiras que instalan cuando no les gusta gustan los resultados democráticos obtenidos.

El 20 de septiembre se realizaron las elecciones en la provincia del Chaco. Los días anteriores se intentó ensuciar nuevamente el ambiente. Trataron de instalar, antes de los comicios, que iba a haber fraude. Afortunadamente, las elecciones se desarrollaron con normalidad dando como ganador al frente Chaco Merece Más (frente conformado con mayoría del FPV) que lleva a Domingo Peppo como candidato a gobernador. Aproximadamente, éste obtuvo el 55.34% de los sufragios. Estas son las últimas elecciones realizadas hasta llegar al 25 de octubre en que serán las elecciones nacionales. A partir del 10 de diciembre, Cristina Fernández de Kirchner, dejará de ser presidente de los argentinos y asumirá un nuevo candidato elegido democráticamente.

Este es el deseo de todos los que valoramos vivir en democracia. Los que tratan de enlodar este camino absolutamente normal hacia el cambio democrático de autoridades, ya han sido desenmascarados y llamamos a valorar lo que todo el pueblo argentino ha conseguido.

Algunas posiciones que hacen ruido

Ya hablamos de la actitud de la oposición de derecha servil a los grandes poderes, desestabilizadora y antidemocrática.

Hay otras posiciones de luchadores de adentro del FPV y de afuera, que valdría la pena analizar.

Los de adentro deberían reflexionar acerca de algunas posiciones que manifiestan. En el kirchnerismo confluyen, afortunadamente, grupos que vienen del peronismo y grupos que vienen de la izquierda. La transversalidad -así se llamó a esa ampliación a la que supo convocar Néstor Kirchner-, fue necesaria para lograr este paso cualitativo que se dio en el país desde que se reinstauró la democracia. No puede ningún componente del kirchnerismo ni tampoco del más amplio FPV, tener manifestaciones macartistas usando los calificativos, comunista o marxista despectivamente. El que dentro de estas agrupaciones así se refiere, no entendió nada. Expresiones gorilas, tampoco son admisibles en este espacio.

Los de afuera (del FPV), parece lógico que sigan pregonando por todo aquello que, desde el gobierno kirchnerista, o desde algún gobierno provincial que se dice kirchnerista, no se hace hacia la verdadera lucha igualitaria progresista. Es aceptable que postulen medidas alternativas para mejorar en el sentido más progresista, ciertas medidas adoptadas por los oficialismos. Pero no es admisible que por oponerse caigan en falacias y mentiras que pregona la derecha. El progresista real no puede juntarse con la derecha para aportar a la desestabilización de la democracia. Un entendimiento mejor debería ser posible.


Todo esto pasa, pero las cosas se exponen libremente, se discuten y mientras tanto se crece y la democracia sigue radicalizándose. Es muy profundo vivir esta época, sobre todo para los que hemos vivido los 50, 60, 70, 80 y 90. Qué no se corte...