domingo, 31 de mayo de 2015

Lo conseguido no lo queremos perder

Tenemos Patria

                             

                                                                                                 Mirta Ventura
                                                                                                    Mayo 2015

Izquierda y Derecha

Cuando se estudian los movimientos políticos trascendentes en el país no se ven nítidamente partidos de izquierda y de derecha, en gran medida, por lo singular del peronismo, pero está siempre subyacente la ideología. Es inconfundible la izquierda con la derecha ya que asoman con claridad en cuanto se observa para quiénes se quiere gobernar y a quiénes se quiere beneficiar. En las antinomias pronunciadas en distintos momentos de nuestra historia política, como civilización o barbarie, patria o colonia, populismo o república, o en las distintas categorizaciones de valor hacia la clase social alta o la clase baja, brota epidérmicamente el concepto fundamental que se resume en izquierda o derecha.

 Siempre hubo esa diferencia ideológica en las sociedades y hoy también existe. Cuando en el primer peronismo se fueron ampliando los derechos sociales para los trabajadores, como las vacaciones, el aguinaldo, la jornada de ocho horas de trabajo, los feriados pagos, se esgrimía que todo eso fomentaba la vagancia, que lo digno era trabajar cada vez más si se quería vivir mejor. Los que lo decían eran los patrones acostumbrados a imponer medidas que les permitiera ganar cada vez más. Hoy a tantos años, cuando se habla de ampliación de derechos, cuando se controla que las leyes laborales se cumplan, que los trabajadores estén registrados, que tengan al día sus aportes para poder jubilarse cuando sea el momento de hacerlo, cuando se ponen feriados puente que estimulan la economía regional, la derecha sigue quejándose. No quieren días pagos que no se trabaje, prefieren no tener los empleados en blanco para no pagar impuestos, evaden todo lo que pueden y sin embargo no dejan de reclamar al Estado que les otorgue más beneficios

El kirchnerismo es peronismo, pero el menemismo y el llamado peronismo disidente (con el kirchnerismo), también lo es. Ese peronismo avaló el ciclo de reformas liberales más contundentes, borrando en su totalidad las bases sociales justicialistas.

La versión del movimiento nacional, popular y democrático que representa el kirchnerismo, trae una conjunción entre peronismo y progresismo. Una particularidad apreciable del kirchnerismo, determinante en la evolución del peronismo, es que se puede decir que es simultáneamente peronismo e izquierdismo, y esto es contundente.

Elecciones Nacionales 2015

Estamos en un verdadero punto de inflexión para la vida política del país. Las propuestas presentadas son: o se sigue profundizando el proyecto vigente, o retrocedemos a la destrucción neoliberal. En los años 90, cantidades de ciudadanos argentinos apoyaban las políticas de achicamiento del Estado y privatizaciones. Las consecuencias de esos años de neoliberalismo fueron fatales, como todos lo hemos vivido y sufrido, y muy especialmente para las clases media y baja.  Ahora a 25 años de esa operación destructora del país. Una propuesta equivalente encabezada por Mauricio Macri es una de las opciones presentadas a la ciudadanía.

El actual gobierno transformador, que no pregona el todo o nada pero que tampoco, por medir la fuerza que se dispone, cede a los poderes que presionan, se propone resolver este punto trascendente de inflexión.

Punto de inflexión

 La propuesta es la continuación con profundización del proyecto que se ha seguido estos últimos 12 años. Al contrario de lo que propone el neoliberalismo, el Estado toma en el Proyecto Nacional, Popular y Democrático, un rol primordial, porque trabaja para la igualdad de oportunidades y la soberanía política. Para lograrlo regula la economía para que los grandes monopolios económicos y financieros no sean los únicos beneficiados. La tarea no es fácil, porque los que se oponen tienen mucho poder. Aún así, se ha avanzado mucho y se propone seguir profundizando para que los beneficios y la dignidad de vida alcancen cada vez a más ciudadanos. Nunca fue fácil enfrentarse a los poderosos y no lo es ahora. El aliciente es que al transcurrir el tiempo, viviendo la ampliación de los beneficiarios directos de esta política, son muchos los que se van incorporando a esta lucha.

La militancia y el Estado

El kirchnerismo devolvió al peronismo la ideología progresista del Estado y despertó los espacios militantes como La Cámpora, el Movimiento Evita, Kolina, y muchos más que no sólo participan de toda movilización, sino que desde estas organizaciones surgen cuadros políticos que son verdaderos gestores del Estado, como Axel Kiciloff, Mariano Recalde o Diego Bossio, que intervienen desde el Estado para solucionar los problemas sociales. El Estado es fuerte y usa esa fuerza para beneficio de la sociedad. También este Estado interviene con estrategias para solventar la unión de la América del Sur a favor de la autodeterminación de los pueblos. El trabajo conjunto de los países del Sur a través de la Unasur, favoreció el comercio entre estos países en contra de los intereses de las grandes potencias. Nuestra industria creció por las exportaciones que se hicieron a Paraguay, Ecuador y Brasil. La unidad regional permitió mejorar la independencia económica y esa unión no se puede dejar de seguir trabajando porque no puede luchar individualmente cada país para enfrentarse con los países dominantes.

La industrialización con la sustitución de las importaciones es también política de este Estado que se propone avanzar con su intervención en soberanía que deriva en más y mejor trabajo para los ciudadanos locales y más derechos sociales que los ampara. Lo fundamental es querer tener independencia económica, es una cuestión de decisión política y estos años se ha tenido. No está en los planes de la propuesta neoliberal que enfrentará al Frente Para la Victoria en octubre y sin embargo, mentes argentinas colonizadas van a elegirla.

Derechos Humanos, Cultura y Ciencia

Los logros en Derechos Humanos han sido especialmente destacables y se sigue trabajando intensamente en esta área, la ampliación de los espacios de Cultura y su democratización han sido otro de los baluartes a no querer perder. El estímulo de la Ciencia ha sido importante y extendido por todo el país con efectividad comprobada a través de excelentes resultados que benefician el crecimiento del país. Se crearon 14 Universidades Nacionales nuevas, extendidas por todo el territorio. La Cultura y la Ciencia tienen ahora rango ministerial. Sin embargo hay partidos políticos, medios de comunicación y aún ciudadanos, que preferirían volver a las políticas subordinadas de los 90.

Movimiento Obrero

En los años venideros no se puede ignorar que la agresividad del mercado va a continuar actuando con dureza. Los que luchan en contra de este ataque deben plantearse cuál es la mejor forma de unirse para cambiar la relación de fuerza. Actualmente, cuando se ve a la dirigencia de muchos gremios trabajando a favor de las patronales, queda claro que hay mucho por resolverse. El rol del movimiento obrero organizado es un tema fundamental que necesita evolucionar si se quiere realmente seguir profundizando el proyecto inclusivo. Es deber de todas las fuerzas progresistas del peronismo y de la izquierda. Estos dos grupos, en esta compleja maraña ideológica que habita nuestro país, así como son los partícipes necesarios para la lucha por la independencia, contienen en su interior vende patrias. Duro escollo se presenta, pero hay que traspasarlo. Debe trabajarse en el sentido del crecimiento del movimiento popular con ingreso de nuevos partícipes al Proyecto Nacional para combatir la desigualdad y tender a establecer el país inclusivo y soberano abrazado por la mayoría de la ciudadanía. El Estado fuerte, junto al movimiento social popular y el movimiento obrero organizado, son los actores estelares en esta lucha permanente por la igualdad y la soberanía que se viene trabajando desde 1810.

La Ciudad de Buenos Aires

Paradójicamente, la clase media de la Ciudad de Buenos Aires que ha sido notablemente beneficiada por esta política nacional, se dirige a seguir votando por quienes explicitan que quieren volver a las políticas de exclusión de los 90, que trajo la pérdida de miles de puestos de trabajo, cierres de fábricas, privatizaciones que trajeron pérdida de soberanía y quiebres económicos y desvalorización del ser nacional en aspectos económicos y éticos. No los afecta que el gobierno de Macri ya haya demostrado con creces que pretende una ciudad para pocos, que descuidó la educación y la salud pública, que cerró cantidades de centros culturales y que sin embargo la ciudad acrecentó notablemente su deuda externa en oposición a lo que sucedió en la Nación. Estos ciudadanos prefieren sentirse elegidos, les molesta que lleguen, económicamente hablando, ciudadanos de clase baja a su estatus. Es más clasista que económica su elección y elegirán a la derecha aunque se verán perjudicados si gana su preferencia.

Momento histórico


Así de difícil es este momento histórico en donde se va a definir en pocos meses la dirección de nuestras vidas. Sería muy penoso que el 10 de diciembre de 2015, cesara este emprendimiento hacia recuperar años perdidos por distintos gobiernos extranjerizantes. Hay que seguir avanzando y profundizando. Lo que se hizo en estos 12 años es mucho y bueno para esta Argentina que vivimos y disfrutamos. El gobierno conducido por Cristina Kirchner enfrentó a las potencias en plena reunión en la ONU, no accedió a la pretensión de sumisión económica propuesta por los fondos buitre, el pueblo masivamente se manifiesta con alegría y convencimiento en la Plaza de Mayo, reiteradamente, como sucedió este último 25 de mayo. Todo esto no lo queremos perder. Tenemos Patria.

domingo, 3 de mayo de 2015

Batalla Cultural


                                                 Es un digno desafío

                                                                                       Mirta Ventura
                                                                                         Mayo 2015


Poder Político

Es difícil tener conciencia del cambio de concepto acerca del “poder político” que se está dando en los últimos años en Argentina y también en varios países sudamericanos, cuando se es testigo temporal, como lo somos en la actualidad. Este cambio, es resistido aún por muchos que son beneficiados, pero no lo aceptan ideológicamente.

Para los años 90, el poder político se necesitaba para imponer medidas que alejaran la posibilidad de que las clases bajas cambiaran de estatus, para lo cual se gobernaba excluyéndolas de todo aquello que les diera condiciones de crecimiento intelectual, de propuestas educacionales, de condiciones económicas con ampliación de puestos de trabajo y culturales, para que no conozcan sus derechos y evitar que los reclamen. El poder político, si bien cumplía formalmente con los procederes democráticos porque los ciudadanos, todos, votaban, los distanciaba de los caminos que los beneficiara. Había sólo un sector privilegiado para el que se gobernaba.

El nuevo poder político, por el contrario, se ocupa de esclarecer los derechos cercenados a grandes mayorías excluidas. Este reconocimiento no está separado de la movilización social necesaria para lograr la transformación que se propone.

La propuesta es bien diferenciada, en este momento la política es el medio que se usa para llevar adelante el cambio de vida para las mayorías con inclusión y obtención de derechos que se les tenían ocultos. Lo colectivo tiene prioridad respecto de lo individual. Se resisten, precisamente, los que han obtenido prebendas individuales a costa de los tan largamente ignorados. Son los beneficiados colaterales por ese poder político usado para imponer las políticas neoliberales.

América del Sur

En este sector del mundo, la América del Sur, el cambio es notable. Se recobró la mística militante con conducción definida. Los principios no se abandonan y se trabaja para el bien común. Continuamente se fueron agregando, en todos estos años, medidas y leyes que favorecen la igualdad y también la soberanía. Argentina ha confirmado constantemente que no acepta injerencias extranjeras en sus decisiones políticas y económicas. La integración regional con estas mismas convicciones, da más firmeza a la continua lucha que se lleva para evitar los ataques intervencionistas, frecuentes, que los países de la región soportan.

Confrontación

El neoliberalismo se disfraza de no confrontativo ocultando su carácter dominante que impone sus preceptos como si hubieran sido consensuados. Cuando el poder está en manos de un gobierno transformador se lo acusa, ante cada medida coherente con su voluntad emancipadora, de hegemónico y de confrontativo.

Para quienes, como único camino de lucha hacia la igualdad y soberanía, tenían la revolución, es de difícil comprensión este proceso que llevan a cabo los gobiernos sudamericanos afirmados en lograr la inclusión e igualdad de sus habitantes peleando políticamente cada medida que en ese sentido toman.

Es cierto que la apelación a las clases burguesas y oligárquicas a ceder algo, como muchas veces se propone, suena utópica y no tiene mucha fuerza. Parecería que si se los convenciera, no sería necesaria la ardua lucha que se lleva para avanzar en los adelantos hacia la inclusión, como sucede. Esta fue siempre una polémica no saldada entre el peronismo y la izquierda. La izquierda siempre supo que nadie iba a ceder ningún privilegio voluntariamente y que el enemigo fundamental era el explotador. El nacionalismo popular coincide, pero antepone a esa necesaria confrontación, la lucha contra la dependencia con los países dominantes. La lucha por la igualdad en Europa, era claramente una lucha entre clases sociales. En la América del Sur, para lograr esa equidad es necesario afrontar, prioritariamente, la lucha emancipadora, de la que deberían participar clases medias y altas también, cosa muy difícil porque a muchos representantes de esas clases les satisface económicamente y socialmente sentirse del primer mundo. Muchos países de la región están abocados a impedir que se los siga hostigando desde los países dominantes y para esta pelea saben que deben unirse. Lo hacen con la UNASUR, con la CELAC y con la solidaria y rápida participación de todos los países cuando alguna acción invasora, física o política, se comete contra alguno de los países miembro. Esta fortaleza consolidada, es muy atacada por los dominantes de afuera y por los serviles de adentro.

El gobierno argentino se esfuerza por enviar leyes al Congreso y medidas que van en el rumbo de la no dependencia y de la igualdad de derechos. Todos estos movimientos en el mismo sentido en varios países y los resultados objetivos alcanzados, llevan a conquistas sociales que se van obteniendo a medida que se lucha por la democracia y en contra de las políticas neoliberales. Parte de la izquierda que se compromete, está involucrada en este proceso nacional y popular que obtiene conquistas revolucionarias. La lucha política para hacer estos cambios trae consigo altos costos que no muchos están capacitados para soportar. Es importante que se asuma que no es confrontación por que sí, es la necesaria para seguir profundizando lo conseguido.

En este período gubernamental se ha defendido a la Argentina de duros ataques recibidos desde los fondos buitre de los Estados Unidos y de la intervención de este país contra nuestra política económica. También se actúa en relación a Malvinas contra el colonialismo inglés. Simultáneamente se han implementado medidas a favor de la inclusión y expansión de derechos a pesar de la gran crisis económica mundial. Todas estas acciones no son posibles sin estar dispuesto a pagar costos políticos. En la medida que más actores trabajen para la transformación, los choques irán mermando. La oposición política y la de los medios, nunca se solidariza con la defensa de la soberanía que ejerce el gobierno. Están a favor de las imposiciones que nos quieren cargar. No solamente actúan para que el próximo gobierno sea de otro signo, sino que trabajan para que éste se vaya antes de tiempo o absolutamente desgastado. Invocando la no confrontación y a favor de la democracia, confrontan con saña y no respetan las decisiones democráticas que surgen del parlamento.

Batalla Cultural

En este año de elecciones, se verá si este proyecto continúa profundizando o, si por el contrario, volvemos al ajuste, devaluaciones, etc. El dilema, si fuera nada más que económico, estaría resuelto. Como hay muchos más puestos de trabajo, los empresarios obtuvieron más ganancias que nunca, los jubilados están mucho mejor, hay aportes económicos para que más jóvenes y niños se incorporen al estudio, la opción sería claramente la primera: seguir profundizando. Pero la cuestión es ideológica. Les interesa pertenecer a una clase privilegiada que no admite a los derechos de los más humildes como genuinos.


Se hizo mucho, pero la batalla cultural está muy atrasada. Es un tema pendiente que hay que tomar, profundizar y concientizar. No es fácil, pero se hicieron muchas cosas que no se pensaban posibles de hacer, democráticamente, como se hicieron. Es un digno desafío.