lunes, 22 de diciembre de 2014

Hoy más que nunca. Hay que seguir.



                                                                                                           Mirta Ventura
                                                                                                          Diciembre 2014


Oposición antiperonista y peronista

Generalmente, cuando hablamos de oposición al gobierno kirchnerista, lo hacemos respecto a la derecha declarada (PRO), al autodenominado progresismo, no kirchnerista (Socialismo, Gen, algunos miembros de la UCR, Proyecto Sur, Libres del Sur) y a la izquierda (FIT). Pero hay otra oposición bien activa que es la oposición peronista (Peronismo Federal, De la Zota, Dhualde, Rodríguez Saa, Moyano... y muchos más). Esto lleva nuevamente, como cada paso histórico en nuestro país, a la vivencia que se tiene bajo la denominación “peronismo”.

Es decir, que a este proceso que lleva el Kirchnerismo, al que se le oponen por un lado por gorilismo, por oposición visceral al peronismo, tiene también un gran opositor que es peronista.

Nombre
No se cumplen los versos de Borges, aquí “el nombre no es arquetipo de la cosa”

El tema de las denominaciones que van tomando los partidos y movimientos políticos al transcurrir de su vigencia en el escenario histórico político, no es trivial. La denominación “peronismo”, trasciende para muchos como gran movimiento nacional, pero sin embargo, no quedó fijado, como muchos pretenderían, como la izquierda nacional. Bajo el nombre de “peronismo”, se cobija movimiento obrero, movimiento nacional, progresismo, pero también, conservadurismo, capitalismo, liberalismo. El proceso que se desarrolla bajo la denominación “kirchnerismo”, si bien se reconoce peronista no cobija al conservadurismo ni al liberalismo, los combate explícitamente. Es muy necesario darle forma al movimiento, y organizarlo. La formación de cuadros es vital. No puede ocurrir, que bajo el nombre kirchnerismo, cuando Cristina Kirchner no esté en el poder, pueda pasar lo que ocurre con el peronismo, que responda desde los conceptos de la izquierda nacional hasta al más rancio neoliberalismo.

Es tarea para los años que vienen esclarecer esas posiciones ambiguas que van desde peronistas conservadores neoliberales a izquierdistas gorilas. Es promisorio que se aglutinen en el Frente para la Victoria, distintas vertientes kirchneristas, interesadas en constituir el estado participativo e igualitario, defensor de los trabajadores y capaz de enfrentarse con grandes monopolios y poderes locales y extranjeros, cuando éstos pretenden dictar la política que debe llevar el gobierno argentino.

El Frente para la Victoria (FpV) se fundó en 2003. Fue la alianza electoral que sostuvo la candidatura a presidente de Néstor Kirchner en ese año y luego la candidatura de Cristina Fernández en 2007. En ambos casos resultó triunfador. Lo mismo ocurrió en 2011, en que fue nuevamente elegida Cristina. Se identifica este frente con lo que comúnmente se llama kirchnerismo. Es un Frente progresista de centro izquierda, según se definen sus integrantes y también a juzgar de su comportamiento político no ambiguo, desde 2003 hasta la fecha.

Forman parte del FpV globalmente, aunque varía según las distintas Provincias, el Partido Justicialista, el Partido de la Victoria, Nueva Dirigencia, Partido Humanista, Frente Grande, Partido Comunista, Partido Comunista Congreso Extraordinario, Proyecto Popular, Partido Intransigente, Convergencia K, Radicales K y algunos otros.

El frente partidario Unidos y Organizados se formó como un soporte a la presidencia de Cristina en 2012. Fue convocado por ella en un acto conmemorativo del Día Internacional de los Trabajadores. Aquí también confluyen distintos partidos y agrupaciones de tendencia progresista, peronista y socialista, que apoyan al proyecto gobernante. Entre los principales componentes están La Cámpora, Nuevo Encuentro, el Movimiento Evita, Juventud Peronista, Frente Transversal, Kolina, M.I.L.E.S, Partido Comunista Congreso Extraordinario, la Martín Fierro, el Partido Humanista, Peronismo Militante.

El peronismo, lo uno y lo otro

Hasta el momento, lo más avanzado en movimiento de masas, nacional y popular, con mayor conciencia, vino desde el peronismo, pero así como se lo tuvo se lo perdió. Es decir que para no perder lo ganado hay que trabajar y fortalecerse mucho. Tuvimos el 45, pero también el 55. Tuvimos el 73 con Cámpora (peronismo), pero asimismo tuvimos el 74 Con López Rega (peronismo siempre).

Del interior del peronismo, salió Montoneros, que merece un estudio profundo aún no saldado. En un principio el propósito fue digno y así lo fueron gran cantidad de militantes que entendieron necesario afrontar la lucha armada para combatir las sucesivas dictaduras militares que tomaron el poder por la fuerza. La resistencia peronista es un baluarte de las luchas nacionales pero nunca se superó la dicotomía que se sucintó en 1974, cuando por un lado, ya en gobierno democrático peronista, los Montoneros no dejaron las armas, con lo que fueron catalogados por algunos peronistas como traidores, y por otro, la anomalía que significó que se formara la Triple A manejada por ese mismo gobierno democrático peronista, y amenazara, persiguiera y hasta matara compañeros peronistas y no peronistas. Estas contradicciones no saldadas siguen pujando en nuestra historia actual. Muchos compañeros se exiliaron siendo críticos de ese gobierno peronista y peor aún, apoyado por el mismo Perón que a esa altura consideraba traidores a los compañeros que habían trabajado duramente en la resistencia para lograr su ansiado retorno. Muchos compañeros no apoyaron en nada al gobierno peronista que siguió al de Cámpora, pero no coincidieron con la postura de Montoneros de seguir con los actos terroristas cuando se reinstaló la democracia. Muchos optaron por el exilio ya, en esos años, antes del golpe militar de 1976.

El sentimiento y convencimiento de no poder continuar con la metodología diseñada para los años de dictaduras, aún no coincidiendo en absoluto con el accionar de ese gobierno peronista, hizo que con criterio no pudieran persistir con la postura militante que llevaba a la muerte de miles de compañeros. Muchos militantes fueron detenidos, torturados y muchos fueron muertos. Se vivieron épocas de dolor acuciante, muertes, torturas, prisión, exilio, son todas experiencias muy indelebles que se dieron durante un gobierno peronista. De allí se llegó en 1976 al golpe militar que produjo la peor dictadura vivida por nuestra patria.

El postulado del peronismo que se basó en la “conciliación de clases”, trajo permanentemente contradicción en la clase media. Siempre con el peronismo, la clase media fue beneficiada, pero su condición de “clase”, precisamente, es la que hace que se oponga, a pesar de los beneficios obtenidos. Así se desarrolla el “gorilismo”, que más se acentúa, cuando más beneficios sociales para las clases bajas, pueden observarse. Por otro lado la izquierda que pregona por la “lucha de clases”, aún cuando quede claro que los adelantos en materia de derechos sociales conseguidos con el kirchnerismo, son muy apreciables, como no están planteados como un “todo o nada”, también se oponen y, curiosamente, para hacerlo se colocan junto a lo más conservador de la sociedad argentina.

Kirchnerismo

La lucha contra los grandes poderes, este gobierno la viene llevando desde 2003 y de allí que se le han unido sectores progresistas no peronistas. Esa construcción transversal, junto a la formación de jóvenes militantes en todos los planos, son la base fundamental para que este proyecto crezca y más se afiance desde 2015.

Con el kirchnerismo volvió la política, la política que se enfrenta al poder económico. Los intereses fueron puestos más en el ciudadano que sobre las empresas. En el neoliberalismo, la política fue devaluada para cumplir el cometido de hacer del Estado una Empresa con intereses de Empresa Privada. En ese marco se fortaleció una construcción popular con fuerte cultura militante que es su característica más apreciable. A los anhelos de igualdad y justicia para todos se los trató en los 90, como utopías que no tenían asidero.

Desde el primer momento en que Kirchner asumió la presidencia expresó sus deseos a cumplir durante su mandato y realmente lo concretó: Juicio a los genocidas, renegociación de la deuda externa, estatización de empresas privatizadas, aumento de las jubilaciones… Rechazó explícitamente las condiciones que le vinieron a imponer para que durara “algo” en el poder de la mano de Claudio Escribano, descolgó los cuadros de los genocidas en el Colegio Militar, abrió la ESMA para recuperar el espacio tomado por la muerte a manos de la vida, anuló las leyes del perdón a los genocidas… Fue un empuje inicial que sigue andando sin detenerse en la actualidad y con proyectos variados hacia bien adelante.

El 13 de diciembre en la conmemoración de los 31 años de democracia en la Plaza, con lluvia torrencial en contra, se volvió a confirmar que la capacidad de movilización no es solamente una actividad física que los Unidos y Organizados poseen, es mística militante, es formación política, es conciencia de protagonismo que da por tierra con la idea que quieren infundir de “fin de ciclo”. Esta militancia no termina. Lo tiene asimilado por convicción y formación política, virtudes que no muchos grupos pueden mostrar. Por otro lado, la dirigencia tampoco se detiene en este fin de año en que muchos ya vacacionan. Cristina realizó un cambio de gabinete significativo en el área de Inteligencia con el fin de parar una interna en este servicio. Oscar Parrilli, compañero con probados valores en este proyecto, fue nombrado secretario de Inteligencia y Carlos Mena su segundo. Nunca se hace la plancha.

Lo que viene

En unos meses tendremos elecciones Provinciales y Nacionales y es trascendente confirmar los logros alcanzados y apostar por el progreso de estas conquistas. El modelo presentado por la oposición no es un modelo de construcción diferente a la del gobierno actual. Es una clara aspiración a desandar lo hecho con el propósito de volver a los privilegios de pocos que no han podido ni querido aceptar que todos necesitan de la ocupación del Estado y que la ampliación de derechos debe continuar avanzando. No se puede pensar en que no siga creciendo la producción nacional, la sustitución de importaciones, los puestos de trabajo. El desendeudamiento tiene que seguir los pasos previstos, los Derechos Humanos deben continuar siendo prioridad excluyente. El desempeño de Argentina en la integración regional debe continuarse sin dudarlo, o sea que resulta muy importante apuntar a que este proyecto no pare. El trabajo en negro y sin protección social debe terminar. La reforma de las fuerzas de seguridad debe incluirse como meta fundamental para el próximo período.

En 2012, escribimos “Más que un destello” (1), (2), como una expresión de deseo que el kirchnerismo, que aparecía como algo transformador allí por 2009, no lo fuera solamente en sus primeras luces. Afortunadamente siguió batallando y brillando aún hasta ahora, en que ha pasado tanta agua bajo el puente.

A fines del año pasado escribimos “La Palabra y la Mística”, como característica notable de este proceso (3), (4). Hoy se mantiene la “Palabra”, no es casual que desde este espacio se acuñe “Tenemos Patria”, “La Patria es el Otro”, son simbolismos que transparentan a dónde se dirige el proyecto. Y la mística militante crece, se consolida y produce.

Así las cosas, es necesario tener mente amplia sin mezquindad partidaria para recibir las actuaciones de este gobierno (para todos muy significativas, en distintos sentidos, pero para nadie indiferentes), sin encuadre prejuicioso, si se quiere actuar a favor de la consolidación igualitaria, inclusiva y soberana del país, Argentina.




(1)   Más que un destello. Mirta Ventura. Rebelión-Argentina. 25-10-2011.
(2)   Más que un destello. El renacer de la política. Mirta Ventura. Editorial Dunken. Buenos Aires 2011.
(3)   La Palabra y la Mística. Rebelion-Argentina. 25-11-2013.

(4)   La Palabra y la Mística. Motor necesario del Proyecto Nacional y Popular. Mirta Ventura. Editorial Dunken. Buenos Aires 2014.