sábado, 6 de septiembre de 2014

Años de Recuperación y Crecimiento



                                                   Energía Nuclear, Política y Desarrollo
                                               
                                                                                                         Mirta Ventura
                                                                                                      Septiembre 2014


Resulta atrayente ir conociendo los avances tecnológicos que está haciendo Argentina en los últimos años. No están desvinculados de los cambios políticos que se sucedieron, entre los que se destaca la política de industrialización nacional con la consecuente necesidad de ir sustituyendo los insumos importados. La matriz energética para este proyecto industrialista debe incrementarse para ir disminuyendo la importación de energía. Varios son los planes en avance que, de funcionar correctamente, servirían para que la mayor parte de insumos sea nacional, que la mayoría de la energía necesaria sea generada en el país con recursos naturales propios y sin usar en demasía divisas extranjeras.

Energía Nuclear. Atucha II

Atucha II es una Central Nucleoeléctrica con capacidad de generar potencia de 745 MW eléctricos. Al igual que Atucha I funciona a base de uranio natural y agua pesada. Está instalada a la vera derecha del Río Paraná en Lima, localidad del partido de Zárate a 112 Km de la Ciudad de Buenos Aires.

El Proyecto Atucha II, se inauguró en 1982, pero su construcción fue interrumpida entre 1994 y 2006 (Gobiernos de Ménem y De La Rúa, gobiernos peronista y radical y principio del gobierno kirchnerista). En 2003 la obra estaba paralizada. La Comisión de Energía atómica (CNEA) estaba muy disminuida. Algunas empresas asociadas que tenían algo de la tecnología se orientaron hacia otros proyectos. En 2006, bajo el gobierno del Dr. Néstor Kirchner, se relanzó el Plan Nuclear Argentino. Al interrumpirse esta obra fundamental para la generación de energía con recursos propios, cantidad de técnicos y profesionales expertos quedaron sin trabajo en esta especialidad. Además se terminó con el trabajo de proveedores, contratistas, soldadores, montadores, todos con gran formación técnica especializada. Cuando en 2006 se continuó con la obra se recuperaron técnicos y profesionales  especializados mostrando la gran capacidad nacional desde el diseño hasta la construcción de Centrales Nucleares.

En los 90, atendiendo a los países centrales como Estados Unidos, se pensaba a Argentina como país adquisidor de tecnología y nunca como productor. En varios períodos de nuestra historia, se trató de cambiar la matriz agropecuaria sin valor agregado, que es la calidad asignada por los poderes para países periféricos como consideran a la Argentina y como quisieran que nos mantuviéramos todos los países latinoamericanos. En 1950 el General Juan Domingo Perón crea la Comisión Nacional de Energía Atómica porque considera fundamental la política nuclear, consciente de la necesidad de utilizar medios no tradicionales de generación  de energía y encara el desarrollo de esta actividad. Se destaca la capacidad argentina en esos años para la formación de recursos humanos de nivel internacional y para la acumulación de material necesario. Los países poderosos nunca estuvieron de acuerdo con ningún desarrollo industrial de los países periféricos y mucho menos con desarrollos que impliquen conocimientos científicos y tecnológicos de primer nivel. Por todos los medios posibles intentaron frenar el desarrollo nuclear argentino. El valor estratégico y económico de la tecnología nuclear y su exclusividad, es fundamental para estos países centrales. En 1994, con el neoliberalismo en la Argentina, lograron parar la construcción de la nueva central y solamente se trabajó en el mantenimiento de las instalaciones en funcionamiento.  Se intentó despilfarrar 40 años  de acopio de factor humano fuertemente especializado, que formó parte de la riqueza más valiosa que puede generar un país. Los científicos y técnicos argentinos involucrados fuertemente con el desarrollo nuclear autónomo, fueron cuidadores celosos de la construcción ya comenzada y con todo el instrumental que fueron acumulando, actitud especialmente resaltable  y no comparable a ningún otro caso asimilable. Cuando en 2006 se relanza el Plan Nuclear, pudo verse la importancia de este proceder en el período de parálisis, ya que se logró recuperar el sector y hoy Argentina vuelve a ocupar un papel preponderante en el concierto internacional del desarrollo de la Energía Atómica.

Política Tecnológica


Cabe destacar la significativa armonía que presenta el sector nuclear entre tramitar la tecnología necesaria para cumplir con un objetivo preciso que influirá en el desarrollo económico del país, y desarrollar la ciencia pura, que otorga méritos para la carrera científica de los autores. El país está en este momento fomentando la producción tanto de la ciencia pura como la utilización con eficiencia de la tecnología y de los adelantos científicos alcanzados. No es la única rama de la ciencia en que esto ocurre. No se puede dejar temas tan importantes a movimientos azarosos. La política tecnológica, así como da muestras de efectividad en lo nuclear debe abarcar otros temas de desarrollo fundamentales. La autonomía nacional en las decisiones referentes a energía e industrialización, se logra con el control de todas las cuestiones técnicas.

 La puesta en marcha de Atucha II es un claro ejemplo de la eficiencia del camino elegido. Este Proyecto fue consumado por la empresa estatal Nucleoléctrica Argentina Sociedad Anónima (NA-SA) con la participación de profesionales y técnicos argentinos en su totalidad, con la contribución ineludible de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y en parte por el sector privado nacional calificado para la producción de insumos con alto valor de desarrollo. En la Autoridad Regulatoria Nuclear argentina, que también posee un conjunto de profesionales altamente calificados, se implementaron procedimientos que cumplieran con la normativa internacional para obtener el licenciamiento de la Central Nuclear.

El 3 de julio de este año, La Central Nuclear Atucha II, alcanzó el 30% de su potencia, con la que se puede entregar aproximadamente 220 MW de energía al Sistema Interconectado Nacional (SIN). Para que esto suceda, anteriormente (27-6-2014), fue sincronizado el generador al SIN. El 21 de julio, el Reactor alcanzó el 50% de su potencia entregando al SIN más de 330MW. Se propone llegar a los 745MW cuando la Central Nuclear alcance el 100% de su potencia, con lo que podría abastecerse a 3 millones de usuarios.

El Plan Nuclear fortalecido enfrenta nuevos propósitos ya en marcha. La extensión de vida de Embalse, la construcción de una cuarta Central Nuclear y la construcción del Reactor de Potencia CAREM, 100% nacional.

Oposición política


Aún en temas estratégicos, como éste lo es, hay opositores que, como lo hacen ante cualquier logro o progreso resultante de políticas vigentes en el país, se oponen.

En la prensa opositora (Clarín), no se difundió como noticia la puesta en marcha de la Central Atucha II, que con claridad es una muy buena noticia, pero eligieron resaltar que la obra había gastado más que lo previsto y que había sufrido retrasos, tal lo expresado por los ex Secretarios de Energía desde la dictadura hasta los gobiernos democráticos de Alfonsín, Menem, De la Rúa y Dhualde: Jorge Lapeña (1986 a 1988), luego presidente de la CNEA (2000 a 2002), Roberto Echarte (1988 a 1989), Raúl Olocco (parte de 1989), Julio César Araoz (1989 a 1990), Daniel Montamat (1999-2000), Emilio Apud (parte de 2001), Alieto Guadagni (parte de 2002) y Enrique Devoto (parte de 2003).  Manuel Bastos que actuó desde 1991 a 1996, no pertenece al grupo que vertió esta opinión pero durante su gestión se paralizaron absolutamente las obras en Atucha II y se propuso privatizar la actividad nuclear argentina. Felizmente no consiguió comprador.

Actúa como vocero de este conjunto de cuestionadores Daniel Montamat, que opera como testigo de una multinacional (El Paso Energy) en un juicio contra Argentina que presentó el CIADI (Centro Internacional de Arreglo de Diferencias relativas a Inversiones), institución del Banco Mundial con sede en Washington, que debe decidir si corresponde indemnizar a compañías extranjeras por la pesificación y el congelamiento de tarifas. No consideran que Argentina pueda tener una acción prestigiosa y propia en desarrollo científico técnico. Es otro caso que muestra ciudadanos argentinos actuando en contra de Argentina y de los argentinos, así como lo hacen en relación a los Fondos Buitre.

Retraso y costo


Todos estos ex funcionarios que contribuyeron al desmantelamiento del Plan Nuclear Argentino, cuestionan hoy, cuando Atucha II está en marcha, el atraso que sufrió la obra y su consecuente puesta en funcionamiento. En cada una de las gestiones de estos funcionarios se fue atrasando la obra hasta llegar a la paralización total del Proyecto y a anularse el proyecto de construir 3 Centrales Nucleares más.

El costo hubiera sido mucho menor si la hubieran terminado en 1987 como estuvo pautado. Es responsabilidad de estos ex secretarios, que hoy critican, el haber tenido que gastar 3000 millones de dólares adicionales, cosa que tampoco se realizó en los 90, tal como expresó Ricardo De Dicco, director de Investigación Científica y Tecnológica del OETEC (Observatorio de la energía, tecnología e infraestructura para el desarrollo).

Proyecto Nuclear

También se construyó el Reactor CAREM de diseño y construcción nacional. Comienza a comercializarse lo que representa una posibilidad concreta de poder transportar energía a lugares remotos de forma permanente y continua.

El país no puede detenerse. Aunque la oposición aliente campañas contra la energía nuclear, el Proyecto Nuclear debe seguir. La construcción de nuevas Centrales, tanto nucleoeléctricas como hidroeléctricas, si no se quiere llegar a una crisis derivada de la falta de generación de energía, debe continuarse. La oposición, incluida la que corre por izquierda, señala en varias oportunidades la “crisis energética”, y a la vez se opone a todo lo que hace el Estado Nacional, para resolver la generación de energía de forma creciente, a medida que progresa la transformación de la industria nacional.

Capacidad

Hay una enorme capacidad nuclear en la Argentina actualmente. Aunque hubo una gran propaganda contra el uso de la Energía Nuclear, el país, con argumentos contundentes, tiene en marcha la construcción de nuevos reactores nucleares. Con la extensión  de vida de la Central de Embalse y la puesta en marcha de Atucha II se adicionarán 775 MW de energía eléctrica lo que lleva a que Argentina obtendrá 6 mil millones de KWh de electricidad libre de carbono por año. Si fuera obtenida usando gas natural la emisión de carbono involucrado sería del orden de los 3 mil millones de toneladas por año. De utilizarse carbón o petróleo se emitiría más carbono aún. El Proyecto de Generación Nuclear vigente en el país tiene como fin poseer una mayor seguridad energética para lo cual trabaja en incrementar la capacidad nuclear de su parque de generación eléctrica. Al mismo tiempo se reduce la emisión de Dióxido de Carbono por KWh.

Falsa ecología

Argentina, es consciente de la necesidad de generar energía de base, es decir aquella que permite el suministro eléctrico ante demanda las 24 horas del día. Las energías renovables no pueden generar suministro eléctrico a pedido puntual, o sea que no forman parte de lo que constituye la capacidad. Ante una emergencia no se puede llamar a una planta de energía renovable para pedir que se aumente la potencia y tampoco puede disminuirla en una situación de baja demanda y ni siquiera puede garantizar el abastecimiento aún en baja demanda. O sea que estas plantas no tienen capacidad para asegurar la necesidad continua de electricidad. Sí pueden ser bien utilizadas como complemento. Los países que por oposición de falsos ecologistas que propician la protesta pública por cuestiones ambientales abandonaron la energía nuclear, volvieron a recurrir a las plantas de carbón o gas, que tienen la capacidad de mantener la energía eléctrica y responder a demandas extra puntuales, como lo hacen las plantas nucleares, pero que emanan cantidades de CO2 que sí traen problemas en la atmósfera y en la vida de los habitantes de la tierra.

En Formosa, la campaña antinuclear lleva a oponerse a la instalación de una planta de Dioxitek, empresa argentina que produce polvo de UO2 a partir del elemento concentrado de uranio que es transformado a partir de un proceso químico bajo precisas condiciones de calidad y seguridad, para usarse en la fabricación de elementos combustibles que usan los reactores nucleares argentinos. También Dioxitek fabrica fuentes selladas para uso médico y para uso industrial a partir del Co-60 que es un metal que emite energía a través de rayos Gamma. En las instalaciones de la Central Nuclear de Embalse en Córdoba, se produce el Co-60 y es uno de los principales productores mundiales. El Proyecto Planta Procesadora de Dióxido de Uranio- NPUO2, es otra propuesta de Dioxitek en respuesta directa a la reactivación del plan nuclear desde 2006.

Atucha III

El Gobierno Nacional firmó un convenio de cooperación con China que permitirá obtener plazos largos para la construcción de una nueva central con tasas bajas para el financiamiento, a cargo del banco ICBC (Banco Industrial y Comercial de China). China por su parte podrá vender componentes como el principal generador eléctrico y el generador de vapor y asesorará  en materia nuclear a través de la empresa estatal CNNC (China National Nuclear Corp).

Nucleoléctrica tendrá a su cargo el diseño y construcción de esta Central que será tipo Candú. Argentina ya tiene experiencia en este tipo de Reactor ya que ha construido Embalse que es de este tipo. Se aprovecha también la gran experiencia que tiene el país después de construir Atucha II, que es un reactor, como lo son los Candú, que usa uranio natural y agua pesada.

Recuperación y crecimiento

En la actualidad con la puesta en marcha de la Central Nuclear Atucha II, la prolongación de vida de Embalse, el proyecto de erigir una cuarta central, y la construcción del primer reactor nuclear de potencia 100% nacional, el CAREM-25, exige ampliar la capacidad de la Planta de Purificación de Uranio. El Proyecto NPUO2 acompaña el crecimiento y desarrollo de nuestro país aportando valor agregado y fundamentalmente,  contribuyendo a la calidad de vida con el autoabastecimiento de energía para todos los argentinos, que es el motivo final a alcanzar con el progreso del Plan Nuclear Argentino, reactivado desde 2006 y que hoy muestra verdaderos puntos notorios alcanzados.

El desarrollo industrial y energético está ligado directamente a la inclusión con soberanía si políticamente así lo piensa el gobierno que lo impulsa. Ante la oposición al desarrollo por los riesgos que implica, una política es  paralizarlo, lo que implica no hacer nada por mejorar la vida de los habitantes de un lugar, y otra es trabajar intensamente en la seguridad de cada proceso tecnológico, como se hace conscientemente en el desarrollo nuclear, provisto de sistemas de seguridad redundantes y sistemas de control permanente. La política actual que tiene como meta prioritaria la inclusión social con soberanía, elige este camino.



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