martes, 19 de junio de 2012

Caras y secas...

                                                                                                         Mirta Ventura
                                                                                                            Junio 2012


El lenguaje de los gestos

 

Festejando el bicentenario de la patria, en las manifestaciones mayoritarias de los que encontraron en el programa de la televisión pública 6-7-8 un lugar en donde se escuchan las voces de los que no tienen voz en los medios monopólicos, en numerosas conmemoraciones que convocan a adherentes al gobierno nacional o a alguna medida en particular tomada por este gobierno, se han visto caras alegres, cuerpos relajados con la felicidad que da sentirse parte  después de tanto tiempo de invisibilización y desdicha.

Aún en la demostración de dolor por la muerte de Néstor Kirchner, se vio consternación y acogimiento, pero nunca agresión, violencia, rencor. Sufrimiento, y cómo no, por la pérdida de un ser tan querido y tan necesario en la vida de este país, pero con la emoción cálida de la no soledad en momentos tan especiales en que cada uno, solidariamente, sostiene al otro.

Por el contrario caras (secas) de odio, retorcidas, gestos violentos, dichos vergonzantes de una pequeña parte de opositores al modelo de gobierno, cuando le tocan el bolsillo. El desborde está provocado por la no aceptación de la inclusión de los ocultados a la vida estratégica del país. Tan acostumbrados a los privilegios están, que ya creen que ese es el orden natural de las cosas. No pueden aceptar que otros que vienen “de abajo”, gocen siquiera de un poquito de sus bienestares. Y pegan, insultan, piden por pertenecer al primer mundo con manos, dientes y palabras crispadas.  Le atribuyen, sin embargo, a Cristina esa propiedad. Declaman por “basta de tiranía, no hay libertad, basta de crispación”.

Su majestad, el dólar

 

Tanta indignación, supuestamente, provocada por la falta de libertad proviene (entre otras cosas) de las medidas tomadas por el gobierno respecto a la compra y utilización de dólares.

El gobierno puso en vigencia una cadena de prevenciones destinadas a impedir la pérdida de divisas de nuestro país. El objetivo es alcanzar equilibrio en la balanza comercial. El país necesita dólares para sus industrias, insumos necesarios para esas industrias incluidas en el plan de reindustrialización, y para afrontar el pago de títulos de deuda. Como Argentina no es quién emite los dólares debe tomar, si no quiere que su economía caiga nuevamente, algunas mesuras previsoras para que no le falten los dólares necesarios. Se hace entendible que se tomen estas medidas, salvo para las multinacionales o bancos extranjeros que giran las divisas a sus casas matrices o para estos señores muy enojados que son patriotas que estimulan la fuga de capitales hacia los paraísos fiscales.

En ésta, su filosofía, dar cuenta del origen de los capitales que se disfrutan, significa perder libertad. En estas mentes capitalistas tener libertad es hacer lo que se quiera, sin restricciones, aunque esas libertades impliquen al país, perder soberanía y retroceso en beneficio de los países del primer mundo. Así mismo les parece correcto que muchos tengan la libertad de morirse de hambre y critican que, desde este gobierno nacional, se les de vivienda, salud, educación a los necesitados. Sin importarles las consecuencias, muchos de los involucrados insisten en la suba de la cotización del dólar que, claramente, significaría reducción del salario real, aumento de precios y caída de la economía. Pero siguen insistiendo en la libertad, y se niegan a aceptar como la democracia y la constitución lo imponen, que no es libre quien hace lo que quiere sino quien elige proceder de acuerdo a las leyes de la comunidad. Cuando acepta regirse por esas reglas, no declina su libertad sino que actúa en forma soberana conforme a la ley consensuada previamente con autonomía.

La llamada “crisis del campo”, tuvo como protagonistas a estos mismos actores que intentaron, como cada vez que el país da muestras de soberanía para afuera, y lucha por la equidad para adentro, crear condiciones destituyentes.

Creando falsas dudas


Se ha anunciado el lanzamiento del Programa de Créditos Argentina Bicentenario (Pro.Cre.Ar), que se dirige a la edificación de cien mil nuevas viviendas en los próximos cuatro años. El financiamiento estará a cargo de la ANSES (Administración Nacional de Seguridad Social) y del Tesoro Nacional.

Voces que han defendido a las AFJP, que cobraban comisión a los jubilados por administrar su plata y la perdían en la especulación, ahora buscan crear miedos y resquemores, por la participación de fondos de la ANSES en este emprendimiento. Dicen defender la plata de los jubilados, no aclarando que el dinero de la ANSES es de todos los ciudadanos. Los empleadores y empleados aportan en partes iguales que los impuestos nacionales. La Seguridad Social no implica solamente a los jubilados. Hacer que la plata acumulada sea usada en crear riqueza y no en especulación, es la manera de asegurar la jubilación para las generaciones futuras, más allá, lógicamente, de los problemas que puedan presentarse en la implementación que no es materia sencilla. Necesitan crear falsas dudas, para tratar de frenar el camino ascendente hacia la equidad social.

En contradicción con esta supuesta preocupación, no han destacado la diferencia de este plan de viviendas con los impulsados por los bancos privados. Estos han sido generados como especulación financiera. Contrariamente el plan impulsado por el gobierno nacional, contiene en sí el concepto vital de “la función social de la tierra”.  El proyecto vincula a la construcción de nuevas viviendas con el desarrollo industrial y económico del país y la generación de miles de nuevos puestos de trabajo que aumentarán los aportes a la ANSES. Esta es la verdad por la cual buscan espurias razones de crítica.

Y siguen las firmas...

 

Con la estatización de YPF se pusieron a favor de la multinacional REPSOL, por la “seguridad jurídica”. Otra vez desconocieron los incumplimientos de contrato y el vaciamiento que provocó esta empresa al país. Respecto al reclamo argentino sobre la soberanía de las Islas Malvinas, pidieron por el derecho de los kelpers a determinar la pertenencia de las islas, desconociendo el derecho argentino de defender los recursos naturales.

Estas caras (secas) crispadas, violentas, insultantes, solamente aflojarían si Argentina fracasara. Si perdemos soberanía, si consiguen que el país sea para unos pocos (ellos) y que la igualdad sea solamente un slogan. Triste anhelo el de estos privilegiados de la patria que no se sienten libres si otros argentinos osan vivir mejor.

 

martes, 5 de junio de 2012

Peronismo, kirchnerismo, progresismo, socialismo...



             No somos todos los que estamos ni estamos todos los que somos...


                                                                                               Mirta Ventura
                                                                                                Junio 2012

Desde el comienzo, este proceso político al que seguimos llamando “kirchnerismo”, se movió en la zona de las políticas argentinas que dieron, en reiteradas oportunidades, la mano a la salida “progresista o de izquierda”. Formó un gobierno que realizó transformaciones para las mayorías, imposibles de imaginar en los años que fueron desde 1976 hasta el 2002. Esto incluye desde derechos humanos, como son los juicios a los represores, hasta la recuperación del Estado Nacional frente a monopolios y multinacionales, pasando por leyes del ámbito de las condiciones ciudadanas, de avanzada.

Este gobierno salió de las filas peronistas, y nadie en este país desconoce que dentro del peronismo hay grupos con intereses bien distintos. Han gobernado con gran compromiso social y alianzas con el progresismo y la izquierda, en algún caso y con las leyes más puras del neoliberalismo clasista, en otro. Desde 2003, se abrió una etapa renovada del peronismo en la que se supera el bipartidismo y el neoliberalismo, que mostró representantes en los dos partidos componentes de este fuerte binomio de la historia argentina. El momento amerita que, superado el bipartidismo, los sectores más progresistas de ambos partidos políticos y los grupos de izquierda que hayan podido superar esquemas, se integren creativa y positivamente, para intensificar la razón nacional y popular.

La intención (¿declarada?) de progresistas, de combatir al espacio kirchnerista por considerarlo peronista, termina siendo un prejuicio que perjudica a todo el campo progresista antiliberal. El socialismo de Binner, no puede correr por izquierda al gobierno nacional. No puede disputarlo en la labor en Derechos Humanos, en la participación en el Sindicalismo, ni en el enfrentamiento a las Corporaciones. Además la pugna del kirchnerismo con el Peronismo Federal, deja muy claro lo alejado que está el gobierno de la fracción conservadora del peronismo. Se impone amplitud de mente si lo que se desea, ciertamente, es construir un país para todos, más igualitario y con mejor redistribución, con soberanía y constituyente activo de la gran patria sudamericana.

Se ve, reiteradamente, individuos que se dicen progresistas, y de hecho lo han manifestado abiertamente, toda vez que el progresismo no tuvo ni apariencia de ser viable. Como conservadores alaban la no confrontación, ignorando (o simulando ignorar) que la cuestión no es de formas sino de fondo.

Desde otro lado, desde el elitismo y el goce de los privilegios, surgen nuevamente esos grupos exasperados que no pueden aceptar que “cualquiera”, comparta algunas de sus exenciones y libertades. Actualmente, con la violencia de las minorías impotentes, vuelven a manifestar su clara actitud destituyente como lo hicieron en 2008.

Así como el peronismo se asocia en la mente de los argentinos, como el movimiento de los derechos sociales, de la defensa de los pobres y de la resistencia, también se lo tiene como quienes abrieron el camino al peor de los liberalismos. Todo esto está y sabemos que muchos de los dirigentes del Partido Justicialista representan a este último grupo. Pero si el kirchnerismo, quedara atrapado en la disyuntiva “peronismo sí, peronismo no”, hubiera limitado en mucho su posibilidad de desarrollo.

Afortunadamente, si reparamos en quiénes se suman a este espacio político (representantes de Derechos humanos, gente de la Cultura, asociaciones Sindicales y Sociales, Grupos políticos no peronistas de reconocida actuación contra el neoliberalismo, Intelectuales y Académicos, etc.), comprenderemos que hay muchos que no se han detenido en ese falso dilema.

Sumar fuerzas para favorecer el rumbo, ampliar mentes dejando atrás prejuicios y juntarse con todo sujeto político y social resuelto a batallar por la soberanía del país y la igualdad para todos los componentes de este pueblo, es el trabajo de hoy y del futuro.