jueves, 22 de diciembre de 2011

Otra etapa en nuestro país, Argentina

El 10 de diciembre Cristina comenzó otro período gubernamental

Mirta Ventura
Diciembre 2011


¿Por qué el apoyo a este modelo en las urnas?

Para muchos, el peronismo después del Lópezreguismo y el Menemismo, estaba terminado. Habían traicionado las bases mismas de su fundamento. Menem transfiguró el natural acomodamiento que tenía el peronismo para administrar el poder en democracia con el sentido transformador que lo caracterizaba, al rendirse a las fuerzas reaccionarias ideológicas que detentaban el poder real. Cuando gobierna Kirchner, se recobra como herramienta principal la transformación política y social que conlleva la transformación económica y cultural. Es el compendio del peronismo conceptual y el progresismo innegable. Cristina obtuvo el 23 de octubre gran cantidad de votos por diferentes motivos, pero fundamentalmente, porque el interés por los excluidos y los más pobres, dejaron de ser frases demagógicas vacías de proyectos. Y este es el trabajo que se necesita ahondar desde el arco popular y que se proyecta para el conjunto de la sociedad.

Los manuales atesorados por años de análisis político y filosófico, nos indicaban un camino para lograr la transformación y que tarde o temprano llegaría. Había una verdad que estaba de nuestro lado. Nos sabíamos “condenados al éxito”, aunque nos sentíamos, como así lo éramos, grandes derrotados. Derrotados de la mano de la dictadura militar y del neoliberalismo.

Con el gobierno de Néstor desde 2003 y de Cristina desde 2007, se desencadenan una serie de medidas que ningún defensor del campo nacional y popular debería resistirse a valorar:
Entre los hitos fundamentales a considerar, como uno de los pasos iniciales a lo qué vendría, se destaca con fuerza, el rechazo de los países de la región a la reapertura del Área de Libre Comercio de las Américas, inducida por Estados Unidos durante la IV Cumbre de las Américas, realizada en 2005. Quedó fijado para la historia con la célebre frase "ALCA, al carajo". El rechazo al ALCA en 2005, impulsado por Néstor Kirchner marcó el rumbo que hoy se puede vivir con la formación de la UNASUR. Se acordó recuperar el destino de nuestros países en forma mancomunada, dando prioridad a la eficacia que significa desarrollar las potencialidades individuales para el conjunto. Se recobró lo que se llama “la causa latinoamericana” que incluye a Latinoamérica y al Caribe.

El kirchnerismo es la realización sucesiva de los principales anhelos del progresismo en el continente. Se profundiza la necesidad de la fuerte presencia del Estado, la reconformación de la Corte Suprema de Justicia, Derechos Humanos con memoria, verdad y justicia, desendeudamiento, No al FMI, recuperación a manos del Estado de las AFJP, movilidad Jubilatoria, Recuperación de Aerolíneas Argentinas, Ley de Medios, Asignación Universal por Hijo, Matrimonio Igualitario. Cómo no apoyar la decisión de enfrentarse a los grandes monopolios y a las corporaciones y a la iniciativa de cuestionar a los usurpadores de la tierra. Cómo no festejar la política en ciencia y técnica y el consecuente retorno al país de científicos disgregados por el mundo.

Hay una fuerza renovada que hace que cuando se lanzan los poderes reales, no hay repliegue. No se eluden las batallas, ni se las ocultan. No se concede ante las corporaciones.

En este proyecto, confluyen políticas y culturas que provienen de la práctica popular democrática y categorías liberales (equívocamente asociadas al liberalismo), como libertad de expresión, libertades individuales, libertad de prensa. Como ejemplo de estas últimas asignaturas apropiadas por el liberalismo que el kirchnerismo ha puesto en práctica, podemos mencionar la eliminación de la figura de “Calumnias e Injurias” para los medios de comunicación y sus periodistas cuando son dirigidas a un funcionario político, la no represión a la protesta social, el desarme de la policía que interviene en esos acaecimientos, la dedicación especial a la cosa pública. En este momento político no se resignan los valores republicanos en manos liberales. Este Estado se constituye en responsable de las libertades individuales y colectivas y el gobierno lo ejerce plenamente.

En este período resurgió la política como instrumento fundamental para dirigir el rumbo del país. La economía está subordinada a la política. La idea de ocuparse de mejorar la vida de los descartados, con planes de inclusión, está en el tope de las políticas de hoy. La idea de los 70, en que la lucha surgía de una vanguardia de pocos a la que se irían sumando otros, evolucionó hacia esta nueva forma para la transformación. En la actualidad, se concibe la política realizada por todos, en cada ocasión y momento. La vida le fue ganando a la muerte. La democracia es difícil y trabajosa, a cada paso despiertan distintos conflictos, pero eso es transformación y crecimiento. Los resultados obtenidos en Latinoamérica, verifican la efectividad de este rumbo. Es trascendente seguir sumando voluntades con convicciones. Fortalecer el rumbo democrático, que contenga a las mayorías necesitadas, es lo que se destaca en la Latinoamérica de hoy, acaudalada por las disímiles prácticas y vivencias de cada componente de la región.

Después del triunfo electoral

Se constituyó la Celac, Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe, que instituye una forma de asumir la crisis internacional objetivamente. 33 naciones lo refrendaron y propusieron pasar a las acciones concretas.

En los períodos precedentes, desde 2003, se produjeron importantes cambios distributivos que no se pueden abandonar, pero se sabe que aún falta mucho. Hay problemas enquistados que no pueden desestimarse: El peligro del monocultivo de la soja y el uso de plaguicidas, precisiones respecto a la minería de la que hay que redefinir las condiciones sin oponerse a la actividad, pedido incoherente desde los que piden más desarrollo y mejores condiciones para los pueblos.

Los indicios de que la marcha sigue, no se hace esperar

Se ha aprobado la ley de Tierras que pone tope a la tenencia de tierras en manos de extranjeros. Los problemas relacionados con la propiedad de la tierra ya han sido tratados a través de una ley enviada al Congreso por el Ejecutivo. El límite a la titularidad de dominio o posesión de tierras rurales en el territorio nacional, provincial, municipal, o "entidad administrativa equivalente en que esté situado el inmueble rural", está limitado al 15 por ciento para los extranjeros. Se consideran, también, como tierras rurales a todas las que están “fuera del ejido urbano de un mismo titular extranjero” y no podrán superar las mil hectáreas. Los extranjeros que tienen residencia permanente por 10 años, los que tengan hijos argentinos con residencia continua por cinco años y los que estén casados con ciudadanos argentinos, quedan exceptuados de las limitaciones. Establece un gran paso adelante concerniente a la soberanía.

Se aprobó la reforma del Estatuto del Peón Rural en la que se reconoce a los peones salario mínimo determinado por el Consejo Nacional de Trabajo Agrario, que no podrá ser menor al salario mínimo vital y móvil y en la moneda de curso legal. También se reconoce la bonificación por antigüedad, las horas extras, el descanso semanal, condiciones de jubilación etc. Además se discute el encuadre gremial de estos trabajadores. LA UATRE (Unión Argentina de Trabajadores y Estibadores), que dice representarlos, está constituida por representantes de la patronal y de los trabajadores. Por lo visto hasta ahora (recordar durante el conflicto por la resolución 125), los beneficiados han sido las patronales y los trabajadores han vivido casi en esclavitud. Son iniciativas que constituyen un buen indicio para el comienzo de este nuevo período gubernamental.

La confirmación de la ideología también se manifiesta en este comienzo. Cristina en el G20, impugnó el capitalismo financiero, la desregulación y la inestabilización del trabajo. Reafirmó la decisión de ejercer un gobierno que construye una sociedad con derechos como antítesis de la ideología del capitalismo global.

De estas cosas se habla cuando se dice “profundizar el modelo”.

En este nuevo período la organización gremial debe progresar y profundizarse. Este avance lo van concibiendo los trabajadores, al priorizar la política por sobre la corporación, en beneficio de la condición de los propios trabajadores y de sus dirigentes. Las disputas, acuerdos y disensos, no van a desaparecer espontáneamente. Aún están en disputa muchas condiciones y lugares de poder. Así de trabajoso seguirá siendo, porque así son los conflictos a atravesar. Los sectores de clase media deberían incluirse porque esta es una lucha que los involucra y superar la barrera ideológica que les hace resistir al sindicalismo por avistarlo, exclusivamente, como corporación. Es una tarea de envergadura, dificultosa e imprescindible. El sindicalismo ha sido un aliado muy importante del gobierno. Hay organizaciones sindicales que no se encuadran en la CGT, ni en la CTA de Hugo Yasky, que han insistido con prácticas corporativas que no han acompañado al cambio producido en el país. La transformación debe reflejarse en el gremialismo, superando al neoliberalismo al que parece no querer abandonar. La CGT de Moyano fue resistente en los 90 y forjó alianzas necesarias para el crecimiento. Sus representados han ido ganando derechos no negociables. Que se siga en la dirección de las mejoras salariales, las paritarias y la conquista de nuevos derechos, es loable. En el crecimiento, es posible que las coaliciones vayan bifurcando. Esto sucede con claridad en este momento, pero también es diáfano, cuál es el camino que toman los que defienden los intereses patronales. Moyano ha seguido firme una dirección y, seguramente, esta coyuntura no va a torcerla.

Perspectiva

El proyecto avanza y evoluciona. Es más necesario que nunca el valor humano formado integralmente en sentimiento e idoneidad. Desde parte de la sociedad, tendrían que aceptar que muchos argentinos han adscrito a este cambio, que han adherido al país que se propone incluir a la mayoría y se sienten también contenidos. Se impone ya, a la luz de nuestra historia, el salto ideológico por el cual se internalice que el populismo no implica demagogia, que el sindicalismo no implica corporativismo, que si bien no hace falta ser peronista para contribuir a la transformación que vive este país, sí hay que ser contundentemente anti antiperonista.

La transformación se vive, se palpa día a día. De los tremendos días de 2001, con la consigna “Qué se vayan Todos”, donde “todos” eran los políticos, estamos en esta época en donde la política ha renacido como instrumento social y democrático. Del Estado ausente se ha evolucionado a este Estado administrador de recursos para todos. De la no tan lejana época de la resolución 125 en donde se acuñó la palabra “destituyente” se llega a este momento con la mayoría acompañando con su voto a este proyecto.

Hay una ideología, un horizonte, un proyecto y un modo. Somos muchos los involucrados en continuar trabajando para seguir transformando y también para festejar.