lunes, 5 de julio de 2010

Oposición (a qué?)

Un psicoanalista por aquí...

Mirta Ventura (*)
Julio 2010

La llamada “oposición”, a qué se opone?
Nunca antes, la palabra oposición aplicada a los partidos que no están gobernando, tuvo este significado tan contundente: oposición, a qué?. Y la respuesta es a todo. No es ya un modo de decir, es literal, es lo que la palabra denota. Oposición no importa a qué, pero me opongo. A qué? A todo lo que se hace desde el gobierno (¡por favor, no usar la expresión “gobierno de turno”, es el que fue oportunamente elegido por el voto popular, ningún turno!).

La llamada oposición viene por derecha o por izquierda, según sirva para oponerse. Se opusieron a la Resolución 125, que fue una medida progresista tendiente a mejorar la distribución de la riqueza. Se opusieron a la recuperación de las jubilaciones por medio del estado, sin dar ningún valor a esta medida trascendental para frenar la estafa a los jubilados y pensionados que acometieron las AFJP, que organizaron negocios en favor propio y cargaron las pérdidas a los beneficiarios.
Se opusieron al rescate de Aerolíneas Argentinas a manos del Estado.
Se opusieron a la ley de Medios Audiovisuales, destinada a democratizar los medios de comunicación. Se oponen tanto que, una vez que esta ley fue aprobada por el Congreso, los mismos que reclaman institucionalidad, recurrieron a la justicia para que esta ley no se implemente.
Critican la Asignación Universal por Hijo (AUH) conferida por el ejecutivo, de implicancia profunda en la lucha contra la desigualdad, aunque es una propuesta histórica del progresismo.

Pretenden modificar atribuciones que tiene el gobierno (los gobiernos), otorgadas por ley para permitir el normal funcionamiento ejecutivo. Se oponen a la ductilidad que tiene el ejecutivo para disponer de parte del presupuesto para ser reasignado. Aunque esas modificaciones tengan un límite superior del 5%, como si fuera posible ejecutar con previsibilidad total. Se proponen sacarle fuerza a la política diluyendo representantes elegidos por el sufragio, en el Consejo de la Magistratura, con el agregado de otros representantes de abogados y jueces.
En medio del proceso de inclusión de miles de beneficiarios y de recomposición de las jubilaciones proponen que éstas sean del 82% móvil. Propuesta loable, pero inconsistente, por el momento, porque implica aumentar las erogaciones de el ANSES, simultáneamente con contraer los recursos. Hacen falta propuestas monetarias y fiscales que la hagan sustentable. Cuando Cleto Cobos era gobernador de Mendoza, vetó la ley provincial que otorgaba el 82% móvil a los docentes jubilados y pensionados de esa provincia. Ahora trata de imponer al gobierno nacional que lo otorgue sin prever de donde salen los recursos, porque es opositor (¡vicepresidente opositor!). Los que hace unos meses se ocuparon con vehemencia para que no se usen fondos que eran reservas y su uso no modificaba a ningún sector, ahora pretenden, también con arrebato, variar abruptamente la ecuación fiscal. El capital recuperado para el ANSES, que es parte del patrimonio provisional del estado (no es solamente para pagar jubilaciones), ofrece la posibilidad de ser un instrumento de intervención estatal para promover y ampliar el crecimiento económico. El tema debe ser profundamente analizado y es un proceso que lleva tiempo y necesita maduración. Cuando se cambia la ecuación fiscal, hay ganadores y perdedores y no siempre (nunca) los damnificados operan con generosidad. Así las cosas, pareciera que legislan para ser oposición por mucho tiempo.

Los que son oposición no peronista, se oponen al peronismo (gobierno) y la oposición peronista se opone al kirchnerismo (gobierno).
El kirchnerismo no es todo el peronismo, pero es el peronismo social. Es ese aspecto constituyente del peronismo abierto al progresismo. La izquierda en Argentina no tiene en cuenta al peronismo y no es posible avanzar si no se reconocen los adelantos en inclusión social, en educación pública, en industrialización, en participación, que brindó el peronismo.
Los que han criticado al peronismo por la falta de pluralidad, por la imposición, por la falta de libertades, critican hoy la falta de mano dura, la no represión a la protesta social. No lo reconocen porque viene del peronismo (aunque sea kirchnerismo).
Los peronistas llamados disidentes (porque no son kirchneristas), son oposición también. Se oponen a que se incluyan sectores progresistas no peronistas, a que se ahonde la lucha por los derechos humanos. Se impone un minucioso debate sobre el peronismo.

La oposición se opone, no propone, no construye. Reclama democracia y no la deja funcionar. Exige y no da. El interés no está en mejorar, está en oponerse para impedir. No da opción. Se infiere de esta modalidad de oposición, preñada de contradicciones y sin sentidos, que ha renunciado a su rol en el gobierno para sabotear el éxito de la gestión. Pareciera que este proceder está destinado a mejorar sus posibilidades electorales en la próxima contienda, lo que se contradice con las leyes de impedir que pretende instaurar.

En estos últimos años se ha construido un fuerte piso de protección social que no debe ser bajado en los años venideros. Está basado en medidas forjadas en coherencia con las posibilidades. Propuestas sustentables para arriba, son bien venidas.



(*) Licenciada en Física (UBA), 1974
INTI, (1974-1981)
CONICET, (1981-1988)
CNEA, (1984- 1995)
ARN, (1995-2010)